Es algo muy curioso, pero no importa si el lugar en el que vivimos es turístico o no, nunca nos conformamos con quedarnos en ese mismo lugar cuando estamos de vacaciones, a no sr que nuestras circunstancias nos obliguen a hacerlo porque no nos podamos permitir contratar viajes y vuelos a otros sitios distintos.
A veces resulta que tenemos muy cerca de nosotros una gran cantidad de atractivos turísticos que conocen mucho mejor otras personas que no viven en la zona que nosotros mismos, y sin embargo nos vamos a cientos o incluso miles de kilómetros para disfrutar de lugares bastante similares a los que dejamos atrás.
Como ciudadanos del mundo que somos, nadie debería poner límites a nuestro modo de disfrutar de todas estas cosas, pero como por desgracia en este sistema todo tiene un precio, lo mejor es que nos aseguremos de disfrutar de todo lo que nos ofrece nuestro entorno antes de salir fuera para ver y conocer otros lugares, los cuales si bien no tienen nada de malo es posible que no sean capaces de aportar los atractivos del entorno en el que vivimos.
Evidentemente, otros muchos destinos sí que tienen un gran atractivo, pero es muy triste que nos dediquemos a conocer estos mucho mejor que los que están al alcance de nuestra mano.